miércoles, 9 de febrero de 2011

The King's Speech (2010) - Tom Hooper

Después de la muerte del rey Jorge V y la abdicación forzada de su primogénito Eduardo VIII (el heredero del trono), Albert Frederick Arthur George (a.k.a. Bertie) se convierte en el rey Jorge VI (Colin Firth), quien sería reconocido posteriormente como el símbolo de la resistencia Inglesa durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, Albert no siempre fue el gran líder que resultó, sino más bien era un hombre enfermizo, con complejo de inferioridad y una inseguridad que se traducían en un tartamudeo insoportable.

Después de probar con diversos doctores y terapeutas Albert se da por vencido y acepta su tartamudez como algo natural y propio de él; sin embargo, su esposa, Elizabeth (Helena Bonham Carter) arregla un encuentro con un excéntrico terapeuta de origen australiano, Lionel Logue (Geoffrey Rush). Así, después de un comienzo accidentado, los dos se embarcan en el proceso de tratamiento para el problema del habla de Albert, que termina por convertirse en un proceso de re-descubrimiento donde Albert (Bertie para Logue) logra recuperar la confianza en sí mismo y en paralelo se forja la amistad entre ambos.

Esto, en resumen es "El Discurso del Rey"; una historia maravillosa que nos permite ver a la realeza inglesa como los humanos que son, con sus defectos y virtudes, y por otro lado nos narra cómo dos personas diametralmente opuestas, por un lado la excesiva corrección, apego al protocolo y mal carácter de Albert y por otro la desenfadada actitud hacia la vida de Logue, se encuentran y forman un lazo de amistad inquebrantable.

Las actuaciones de Rush y Firth se complementan, generando un vínculo actoral que carga con el peso entero de la película; un gran ejemplo de esto es la discusión que se genera cuando Logue se sienta en la silla de San Eduardo, destinada solo para los reyes. A esto hay que sumarle el aporte de Bonham Carter, como la reina Elizabeth, quien cierra el círculo a la perfección. Las tres actuaciones son de primer nivel y merecedoras de premios y elogios, pero "El Discurso del Rey" es mucho más que sus actuaciones. La fotografía, en tonos tierra y oscuros es hermosa y cálida, y nos ayuda a sentir la opresión que siente el Rey en las distintas circunstancias que debe enfrentar. Los escenarios, en especial el consultorio de Lionel Logue, son exquisitos y nos muestran claramente las diferencias entre ambos personajes a través de sus entornos de vida. Y finalmente el uso del sonido que acompaña las distintas situaciones en las que se ve envuelto Albert; un claro ejemplo de esto es el momento en que Logue, en su primera cita, hace que Albert lea un fragmento de Hamlet haciendo que escuche música a todo volumen a través de audífonos para que no se oiga al hablar, al igual que el duque, el espectador no escucha el resultado de la lectura hasta que Albert no reproduce la grabación más adelante en la trama.

Una clara favorita a llevarse el Oscar a mejor película esta temporada, que nos narra un capítulo poco conocido de la historia británica moderna.

Puntaje: 8/10

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