viernes, 25 de noviembre de 2011

Jaws (1975) - Steven Spielberg

Steven Spielberg se ha hecho de un nombre en Hollywood gracias a su habilidad para contar historias de una manera que desde la primera toma envuelven al espectador y lo atrapan en la trama hasta el final.

Un claro ejemplo de esta habilidad se ve en "Tiburón", basada en la novela de Peter Benchley's, que narra la odisea que vive el jefe de policía de una localidad veraniega (Amity Island) el fin de semana del 4 de Julio (la fiesta nacional estadounidense) para atrapar un gigantesco tiburón blanco que está atacando a los veraneantes.

"Tiburon" representa un éxito artístico y comercial. Con una impecable producción (que a pesar del resultado final estuvo plagada de problemas desde el inicio) Spielberg nos entrega, como producto final, una película de terror y suspenso perfecta, que genera tensión y expectativa en iguales cantidades en el espectador.

La película cuenta con tres estrellas:
- Roy Scheider, en el papel del Jefe Brody, el policía atrapado entre los intereses económicos y la amenaza del tiburón. Es él quien debe convencer al alcalde de la localidad para que los deje ir tras el tiburón.
- Robert Shaw, en una genial actuación como el pescador que es contratado para atrapar al tiburón.
- Richard Dreyfus, como el joven científico que los acompaña en su travesía.

Pero, además la película cuenta con una estrella adicional: el suspenso generado por la sucesión de ataques del Tiburón Blanco. Estos son realizados por una criatura que no conocemos y que no vemos en pantalla hasta el minuto 82 de película. A través de una serie de tomas subjetivas, Spielberg logra generar la atmósfera de suspenso y terror necesaria para que el filme no pierda interés dado que no vemos al atacante. Y es justamente esta ausencia del tiburón la que es explotada por el director en su favor haciéndonos "sentir" los resultados de su ataque y explotando el miedo a lo desconocido que todos llevamos dentro. La hora final de la película, luego de presentarnos al enemigo de turno, se la pasa en altamar dentro del bote de Quint (Robert Shaw) que da caza (o es cazado?) al tiburón.

Y es durante esta hora final de película que llegamos a conocer al tiburón blanco, el cual no se vuelve menos amenazador, entregando algunas de las escenas más escalofriantes de la película, sobre todo cuando lucha con el viejo Quint, quien finalmente cumple con su destino a lo capitán "Ajab" de Moby Dick.

Todo esto acompañado por una excelente dirección de fotografía que por momentos nos hace sentir que nos encontramos presentes en las maravillosas playas de Amity y por otros nos muestra espectaculares escenas subacuáticas (filmadas en el arrecife australiano por Ron y Valerie Taylor); por efectos especiales que aún hoy, 36 años después, asustan tanto como el día del estreno; y una de las mejores bandas sonoras que ha tenido una película moderna, compuesta por John Williams (Star Wars, Indiana Jones, E.T., Jurasic Park, etc.).

Estamos frente a un clásico por donde lo vean, el cual debe ser visto por todo cinéfilo que se respete, y que siempre es bienvenido en la pantalla para "refrescarnos de los ataques de tiburones basados en hechos reales" de las últimas temporadas y hacernos recordar que hubo un tiempo donde el tiburón sí daba miedo.

Puntaje: 10/10

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