El maestro Woody Allen, nos trae esta historia aparentemente ligera, sobre la obsesión de un joven escritor con una ciudad, París; las relaciones de pareja y como una mala elección puede marcar tu vida; y principalmente sobre ese deseo de las personas por querer vivir una vida distinta a la nuestra pensando que aquella es mucho mejor, que "todo tiempo pasado fue mejor".
Pero conforme vamos avanzando en la trama nos damos cuenta que, a pesar de ser una película que se deja ver fácilmente y bastante entretenida, no tiene nada de ligera. Más bien nos encontramos frente a un film lleno de matices y distintos niveles.
Owen Wilson (Gil) se muestra más simpático que nunca y nos entrega un personaje con el que fácilmente nos podemos identificar; Kathy Bates, demuestra por que es una de las actrices más importantes de su generación y se roba cada segundo que tiene en la pantalla como Gertrude Stein; Rachel McAdams como Inez, la novia de Gil, nos entrega un personaje que fácilmente odiamos desde el comienzo y que funciona como el perfecto antagónico del adorable Gil; y Léa Seydoux es Gabrielle, una hermosa joven que vende antigüedades en las calles de París y quien termina por convertirse en el verdadero amor de Gil (o por lo menos eso deseamos/esperamos los que hemos visto la película). Todos los demás personajes (y son muchos) están a la altura del desafío, y complementan bien el reparto.
En cuanto a la estética, Allen nos muestra por un lado la París moderna tal y como es, sus calles estrechas, sus cafés, sus mercados, etc.; y por otro, nos recrea distintas épocas del pasado parisino y los personajes que la habitaron. La música, se convierte en el compañero ideal de este viaje por la ciudad luz y sus épocas, convirtiendose en un elemento más del montaje.
Así Allen, nos entrega la combinación perfecta entre una buena historia, buenas actuaciones y una excelente ambientación (escenarios y musicalización). Hasta el momento la mejor entre las películas que fueron nominadas al Oscar que he visto.
Puntaje: 10/10
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