Con la segunda entrega de la saga, Kung Fu Panda se posiciona como un espectáculo para niños. Sí, la historia es sencilla y directa, como siempre Po (El Panda para quienes no lo saben) sigue siendo torpe a pesar de ser el "Gran Guerrero Dragón" y el final es inevitablemente feliz.
Aún así la animación es muy buena haciendo que el espectador adulto olvide la trama infantil y pueda divertirse simplemente apreciando lo bien logrado de algunas secuencias: la secuencia inicial toda hecha como si se tratara de papel cortado; la pelea en la torre; la secuencia donde Po recuerda como exterminaron a los pandas; etc.
Un punto importante es que, en esta entrega, se trata de dotar de cierta mitología al personaje de Po, lo cual enriquece mucho la historia pero solo por un momento a la mitad de la cinta; luego esto es dejado de lado para dar paso a las peleas de rigor que culminan en un gran enfrentamiento entre Lord Shen (el malo de turno con la voz de Gary Oldman) y Po.
En general no es una mala película y sabe muy bien a quien esta dirigida. No pretende ser "Rango", simplemente quiere divertir a los pequeños sin aburrir a sus padres y logra muy bien su cometido. Si tienes hijos pequeños no deberías dejar de disfrutarla en el cine; si no los tienes, podrías verla una tarde de domingo en la cama (no da para más).
Puntaje: 5/10
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