El director de Superbad nos trae esta película de carretera en la que dos ingleses fanáticos de la ciencia ficción y los comics recogen a un alienígena en las afueras de la famosa "Área 51" y deciden ayudarlo a llegar al punto de reunión donde lo recogerán sus compañeros espaciales.
En el camino se topan con una serie de personajes típicos de la fauna cinematográfica norteamericana:
- Dos clásicos campiranos gringos: homofóbicos, ultra machistas y totalmente ignorantes.
- Un padre ultra religioso y su hija (quien es convertida por Paul en una joven liberal).
- Dos torpes agentes del FBI.
- El malvado jefe de los agentes, quien tiene un superior (mujer) aún más malvado.
- El malvado jefe de los agentes, quien tiene un superior (mujer) aún más malvado.
- La anciana que cuando niña vio llegar a Paul a este planeta, fue tildada de loca, y es reivindicada por una visita sorpresa del alienigena.
El trabajo de Simon Pegg y Nick Frost, como los dos ingleses protagonistas logra sacar algunas carcajadas y entretener sin estar a la altura de "Shaun of the Dead" (la más famosa entre las películas que han hecho juntos); el personaje de Kristen Wiig, Ruth, la joven cristiana convertida por Paul que los acompaña a lo largo de la segunda mitad del viaje, es medianamente gracioso y acompaña bien las distintas situaciones en las que se encuentran. Todos los demás personajes son interpretados de la manera más cliché existente sin mayores aportes a la historia.
Un punto aparte es el pequeño Paul, que es lo mejor de la película, sin embargo es un personaje creado por computadora. Es irreverente, desenfadado, conchudo y se muestra como un excelente amigo.
El final es obvio y repetido, con una aparición de Sigourney Weaver que no aporta nada a la película. Todo esto termina convirtiendo a "Paul" en una aventura sin mayores exigencias, que agradará más al público infantil y a todo aquel que no exija mucho de una aventura.
Puntaje: 3/10
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